PREGÓN PARA LAS FIESTAS DE SANTIAGO
(DEGAÑA)
Vecinos y visitantes,
aquí estamos otro año,
en la villa de Degaña,
para celebrar
Santiago.
Cuando el Santo me
encargó
que os leyera el
pregón
se me nublaron los
cielos
al verme con tanto
honor.
¿A quién pido yo
socorro,
que me ampare en este
trance?
Y pensé en quienes nos
miran
desde el cielo,
que vinieran a
ayudarme.
Los llamé a través del
móvil,
(ahora lo tenemos
fácil);
y si los antepasados
me contaron sus
afanes,
así os los cuento a
vosotros,
no seré yo quien los
cambie.
Os miramos desde el
cielo,
eiros de
Valdesantiago,
para hablaros de las
cosas
que queremos
recordaros.
Sabéis que la vida
enseña
los errores cometidos;
es tan fácil el
rencor,
tan difícil el olvido…
que tenemos que
aprender
a compartir el camino.
Los tiempos cambiaron
tanto
que El Grandizo es un
zarzal,
y La reguera los Oiros
nadie sabe donde está;
y que decir de los
bálagos
de El Chano, de Vicharín…
que nadie corte una
escoba,
que molesta al
xabaril.
Andábamos tras las
vacas
desde
ahora no tenemos
vacas,
tenemos colesterol.
Tampoco os quiero
engañar
de cómo marchan las
minas:
están como nuestras
vidas,
camín de Las
Moroquinas.
En estos últimos años
todo pasó a mejor
vida,
¿qué será de nuestros
jóvenes
si dejamos un futuro
cuesta arriba?
Si no nos quedan las
vacas,
si no nos quedan las
minas,
habrá que fincar los
codos,
que es la única
salida;
para eso nuestros
hijos
son listos como el que
más
sólo hay que poner un
poco
de voluntad.
|
¡Cuántas veces
discutimos
por cuatro palmos de
tierra,
o por una presa de
agua,
que ahora están dando
escobas
y nosotros criando
malvas!
Por eso nos reconforta
contemplar en la
distancia
que de nuestras
diferencias
no hay constancia;
que los nietos
olvidaron
aquellos palmos de
tierra
que nos enfrentaron;
que hoy bailan y se
divierten
al son que manda
Santiago,
y hasta pueden
comenzar
con el tiempo
parejas que traigan
aires
de largo aliento.
Así pues, a
divertirnos,
para celebrar
Santiago,
que para penas y
lloros
ya tenemos todo el
año.
¡Venga el vino y el
curdeiro,
venga a Marinán
Santiago,
rock and roll para los
jóvenes
y pa los mayores
tangos!
Tampoco olvidéis la
jota
ni el baile de la
muñeira,
porque el pueblo que
abandona
la forma de divertirse
se vuelve huraño,
antipático,
agrio, desabrido y
triste.
Que los danzantes no
olviden
cómo se cruzan los
pasos
y que los viejos
enseñen
la forma de no
olvidarlo.
Que sigan cantando el
ramo
mujeres que bien lo
cantan
y que el tractor
traiga vino,
jamón, empanada y gaita
Viva Santiago y su
fiesta,
que vivan los
congregados
y que el Santo nos
espere,
que bien pronto pasa
un año.
¡VIVA SANTIAGO!
¡VIVA DEGAÑA!
P.D. Este pregón lo leyó Pedro Fernández González en Degaña el día 24/07/2016. |
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