martes, 18 de febrero de 2014

           


  EL FAROL DE “LOS FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO”




                                                   

                                      Goya,  Los fusilamientos  de el 3 de Mayo (1814)
                  


            Yo soy la luz que alumbra aquel amanecer trágico de Madrid. Goya me puso aquí para que sirva de testigo mudo y para que marque el camino al Guernica de Picasso.
            Pero sólo ilumino a las víctimas: a los que ya riegan el suelo con su sangre, a los que están a punto de regarlo y a los que esperan cubriéndose el rostro con las manos para no ver el horror; ellos son el desorden romántico de formas y colores que Goya me permite iluminar ante la escena de la muerte.
            Enfrente, la línea ordenada de los asesinos no tiene rostro; la vergüenza de la historia se oculta bajo el anonimato de una máquina de guerra. Al fondo del cuadro queda la respiración contenida del amanecer de una ciudad que aún vive bajo la conmoción de los acontecimientos del día anterior.
            Pero yo sólo ilumino a los fusilados y me detengo ante los que siempre ponen la cara; ante ese Cristo crucificado, ante la figura de la resistencia y el martirio, ante el símbolo de esa “España camisa blanca de mi esperanza / aquí me tienes, nadie me manda / quererte tanto me cuesta nada”.  

                    

1 comentario:

  1. Menos mal que apareces, ya estábamos preocupadas. Me gusta lo del farol, no hay luz en una guerra, nadie alumbra ni a vencedores, ni vencidos. Quizás Goya sólo quería apuntar como el foco que alumbra en un teatro la soledad del actor el horror que atenaza a ambos bandos. Me alegro que estés bien.

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