domingo, 6 de julio de 2014



 EL NIÑO DE “LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO”



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                             Delacroix, La Libertad guiando al pueblo (1830)
   
                                                
                
            Tengo permiso de Delacroix para salirme del cuadro. Acabamos de asaltar una barricada y ya miro al futuro y me desentiendo de los muertos como si fueran cosa del pasado. Ni siquiera me detengo ante el que contempla embelesado las tetas de La Libertad sin importarle la muerte.
            Mis ojos buscan la transcendencia de la historia a diferencia de mis compañeros de cuadro. El burgués y el obrero tienen la mirada más cercana, más interesados en el desarrollo del futuro inmediato; aún se mezclan hermanados, borrachos en la Revolución del 30; pero ¿cómo los pintaría Delacroix si tuviera que fotografiar la del 48 cuando se enfrentaron entre sí? ¿Hacia dónde mirarían sus ojos?

            Pero me inquieta la actitud de La Libertad. Su mirada cautelosa hacia los protagonistas sociales manifiesta una desconfianza en el futuro que me preocupa; como si esa palabra, mágica y gastada que se asocia a Francia, simbolizada en la bandera, no se fiara de ellos y tuviera que estar vigilante ante el siguiente recodo de la Historia. Yo, en cambio, me conformo con esta borrachera de libertad porque Delacroix me puso aquí como contrapunto y, por tanto, mis ojos van más allá de la escena que representa el cuadro; miran al futuro con la felicidad que otorga la inocencia.

1 comentario:

  1. Esta maravilla de texto, hace que disfrute más atentamente, de éste maravilloso cuadro.

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