viernes, 11 de diciembre de 2015

                          


                                          ¿A DÓNDE VOY?   
                                          

                                      
                                      Giacometti, Hombre caminando (1960)

            No estoy seguro de que mi desnudez contribuya a concebir mejor la condición humana. Si así fuera, la imagen de un hombre primitivo desnudo sería más auténtica que la mía;  pero nadie se imagina a un hombre primitivo caminando con las preocupaciones que parecen acompañarme en la deriva, como si quisiera alejarme de mis desvelos.
            Camino con paso decidido, pero nadie sabe a donde voy; dicen que voy hacia adelante, pero ese es un adverbio que sólo se define por mi posicionamiento, porque en realidad yo no sé si mi destino está delante o lo he dejado atrás. ¿Quiso con ello Giacometti plasmar la desorientación del hombre? ¿Quiso expresar su soledad? ¿Son tan sólo interrogantes vacuos de intelectuales ociosos? Creo que el hombre primitivo tenía (y tiene) todas estas respuestas mucho más claras que yo; aunque, ahora que caigo: quizás por ello estoy volviendo mis pasos hacia el origen de todo; seguramente que también yo me he vuelto ocioso.
            En cuanto a mi desnudez, sólo huesos disfrazados de espíritu, ya no sé si representa mejor el concepto original de hombre o si nos hemos acostumbrado a que somos lo que muestran los caireles de la rima.



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