¿A DÓNDE VOY?
Giacometti, Hombre caminando (1960)
No
estoy seguro de que mi desnudez contribuya a concebir mejor la condición humana.
Si así fuera, la imagen de un hombre primitivo desnudo sería más auténtica que
la mía; pero nadie se imagina a un
hombre primitivo caminando con las preocupaciones que parecen acompañarme en la
deriva, como si quisiera alejarme de mis desvelos.
Camino
con paso decidido, pero nadie sabe a donde voy; dicen que voy hacia adelante,
pero ese es un adverbio que sólo se define por mi posicionamiento, porque en
realidad yo no sé si mi destino está delante o lo he dejado atrás. ¿Quiso con
ello Giacometti plasmar la desorientación del hombre? ¿Quiso expresar su
soledad? ¿Son tan sólo interrogantes vacuos de intelectuales ociosos? Creo que
el hombre primitivo tenía (y tiene) todas estas respuestas mucho más claras que
yo; aunque, ahora que caigo: quizás por ello estoy volviendo mis pasos hacia el
origen de todo; seguramente que también yo me he vuelto ocioso.
En
cuanto a mi desnudez, sólo huesos disfrazados de espíritu, ya no sé si
representa mejor el concepto original de hombre o si nos hemos acostumbrado a
que somos lo que muestran los caireles de la rima.
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