domingo, 20 de septiembre de 2015




           JUANA LA LOCA VELA EL CADÁVER DE SU ESPOSO

            
             Pradilla  Juana la Loca  (1877)


            Vuestro último deseo fue descansar para siempre en Granada y así lo cumpliré aunque para ello haya tenido que desenterraros. Enviaré vuestro corazón a Bruselas siguiendo igualmente vuestra voluntad, para que las queridas que tuvisteis carguen también con tanto sufrimiento como a mí me causasteis con vuestra traición y vuestros desvaríos. Yo me quedaré con vuestro cuerpo, al que cambiaré las vendas todos los días mientras dure este tránsito a través de las inhóspitas tierras castellanas.
            No me vencerán el frío ni las tormentas que El Señor me envía pues sólo intenta probar mi fidelidad hacia vos; si el viento me apaga el fuego de las velas lo encenderé cuantas veces sea menester para mantener vivo el amor que os profeso; yo nunca os abandonaré como lo hicieron vuestras amantes ¿Por qué no me respondeis, Felipe? callais!... todavia me sereis infiel!...
            Por más que estas tormentas importunen no lograrán quebrarme la voluntad de la misma manera que vuestras afrentas no lograron doblegar el amor que os profeso, porque el amor no se muere por no ser correspondido. Item, aún abrigo en mis entrañas el hijo que me engendrasteis antes de vuestra partida como recuerdo que no olvido.

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